Esta obra fue encargada por la familia Cornaro para la capilla familiar en la iglesia de Santa Maria della Vittoria, organizandose con una serie de relieves que rodean la capilla.
Las diferentes texturas son muy variadas: la textura angulosa y variada de la túnica de monja, la mórbida del cuerpo del ángel, la esponjosa de las nubes..., buscando así recrear sensaciones representativas.
Los pliegues son usados aquí del mismo modo que en San Longinos, se utilizaban para destacar determinadas partes, ocultando y ajustando la anatomía. El gesto del ángel se muestra como una pervivencia de las formas clásicas en la obra de Bernini.
Toda la escena se desarrolla en el interior de un altar
transparente, llamado así porque dirige la luz hacia su interior hueco.
Este es cóncavo, y su planta ovalada al interior, dentro del cual se filtra la luz de origen invisible que baña al grupo, siendo es utilizada aquí al modo de un escenario teatral.
En los relieves de los laterales se hallan representados unos palcos a los cuales se asoman los miembros de la familia Cornaro que asisten al milagro que se desarrolla en el altar, reafirmando así la concepción teatral de esta obra.
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